EL ARTE DE COPIAR
Copiar es un término curioso. No sé tú, pero yo siento que me han inculcado la idea de que copiar es malo. Y no, no me refiero a copiar durante un examen, donde desafías al sistema y la adrenalina recorre todo tu cuerpo para ayudar a un amigo que no se ha estudiado el vocabulario de inglés, o que te digan cuándo fue la batalla de las Navas de Tolosa. Me refiero a copiar en general.
Déjame poner un ejemplo. Si tú quieres pintar una persona o algo que te interesa, lo lógico sería ver esa persona, analizarla y después tratar de representarla, ¿no? Bueno, pues yo ha habido momentos que he pensado que cómo iba a copiar una cosa, que cómo se me ocurría. Pero lo gracioso es que cuando intentas no usar esa referencia y usas solo tu imaginación, puede que lo que esté en tu cabeza no sea precisamente lo mismo que la realidad:
En la imagen de arriba vemos la interpretación de un cuadro muy famoso, que tiene una cualidad muy interesante: y es que todos sabemos dibujarlo, porque está hecho a base de convencionalismos que dicen que una montaña es un triángulo, las casas son rectangulares y tienen la mayoría dos ventanas, que las personas tienen palos por piernas y brazos y que el sol siempre está a una esquina del papel.
¿Pero qué pasa cuando nos alejamos de esta relamida obra y abrimos los ojos? Pues probablemente nos demos cuenta de que el tronco de un árbol no son solo dos líneas, que sus hojas no son solo de color verde sino que hay todo un espectro de tonalidades, que el sol no te mira sonriente y que ninguna persona es tan delgada como una hoja de canto. Pero esto solo lo podemos representar en nuestro dibujo cuando tratamos de copiar lo que vemos.
Aunque me haya centrado en la pintura, copiar puedes hacerlo en cualquier aspecto de tu vida. Y lo dejo claro desde ya: con copiar me refiero a tomar algo o alguien como referencia para después transformarlo y crear algo distinto con tu toque personal. Y esto NO es lo mismo que el plagio, porque no estamos haciendo copia y pega de lo que sea y adiós muy buenas: estamos aprendiendo de algo e interiorizando el conocimiento de otras personas.
No tengas miedo de copiar. Trágate la soberbia que todos tenemos dentro y déjate llevar de los buenos, que seguro que aprendes un montón. Como siempre, me aplico el cuento.
P.D: La elección del cuadro de la imagen anterior no ha sido al azar, sino que es un guiño a una entrada que probablemente haré en el futuro. Estad atentos al blog si os interesa.
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