LAS CAJAS SON UNA EXCUSA

                 La semana pasada comenzamos una nueva fase. Hemos experimentado ya varios días con líneas y manchas expresivas, que fuesen potentes y sobre todo que sugirieran espacio y que colonizasen el papel un día sí y otro también. “¡Pero dejémonos de expresión y sentimientos y convirtámonos en científicos, cojamos ahora todas las cajas muertas de risa que haya en el garaje y en nuestras casas!” (Algo así dijeron). Ah, y también avisaron que no íbamos a decorarlas.

Mis excusas.

                Lo que se intentó que fueran los diez primeros minutitos de la clase estuvimos apilando las cajas y metiendo unas dentro de otras (en nuestras humildes mesas, escritorios y suelo para los desdichados.), alumbrándolas con cualquier objeto luminoso que crease luces y sombras curiosas. Ya esta parte tenía su gracia, y no creas que era fácil saber si ibas bien o mal encaminado. Pero lo más interesante fue dibujar esas cajas, ¿porque ese era el objetivo verdad? ¡Pues no! Como siempre, no sabíamos ni por dónde empezar. De verdad, ¿por qué nos hacéis esto proffesors?

                Esta confusión llevó a que la primera corrección se centrase en: “ahí veo mucha caja”, “A ver, 1, 2, 3…” “¿Por qué dibujas a cachos?” “¿Pero qué encuadre es este?” “Este está muy bien, pero mejor regálaselo a tu tía”. Pero como todo lo hacen desde el cariño infinito habrá que perdonarlos.

 
Si reconoces cajas, tenemos un problema.

                Por lo que me quedaron algunas cosas claras: no dibujar cajas, meterme por los huecos, colonizar el papel y centrarme en las luces y sombras. Y esto último es lo más importante y el objetivo de este ejercicio, y por eso las cajas son una excusa.

                Aún sabiendo esto no te creas que me salió algo de lo que esté satisfecho del todo. De hecho, no iba bien preparado a la clase, porque estaba decidido a pintar con acrílicos cuando lo poco que me quedaba lo tenía que sacar del bote apretando con todas mis fuerzas (ya he comprado más así que no problem).


Eloy, La línea gorda. 2020               

 Me rendí con el acrílico y el último dibujo fue una mezcla de carboncillo y pastel. Lo hicimos después de una corrección donde vimos el proceso de creación paso a paso, primero rellenando el papel con tonos de grises, y lentamente dar contrastes más fuertes. Así que eso intentamos, y creo que me salió algo mejor (aunque aún puedo mejorar el encuadre).





                Y esto es lo último que nos traemos entre manos. De nuevo tengo que empezar de cero y sacar músculo a base de práctica, y no cumplir y mentir, que está tan de moda.

 

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