TENSIÓN, POLLOCK Y UNA NARANJA

 

Petit paralizó Nueva York en 1974, cuando llevó a cabo el conocido 'crímen artístico del siglo XX', caminar entre las Torres Gemelas, en su punto más alto, por 45 minutos. 

     

        Estas primeras semanas del cuatrimestre me siento un equilibrista, balanceándome sobre una cuerda en tensión, ni mucha ni poca, un punto intermedio. Hay momentos en los que esa cuerda se vuelve inestable y tiendo a caer al vacío, ya sea por un extremo de agobio innecesario que acaba en bloqueo, o que siento una necesidad de eludir mi responsabilidad y hacer como que me da todo igual para no estresarme. Y me está costando mantener el equilibrio, en esa fina cuerda que no para de sacudirse día a día, semana a semana. 

        Aún así lo que más me agita es, dai.

        Me acuerdo el primer día de la vuelta que dije que "tenía ganas" de meterme en lo desconocido, pero ahora siento cierta angustia: de no saber, de tener más posibilidades de fallar que de acertar y de que por mucho que te estés comiendo o no los sesos no te garantiza para nada un resultado satisfactorio.

        En parte sé que es algo por lo que tenemos que pasar, pero no puedo evitar sentirme confuso y desorientado.

        Aparte, en la entrega para esta semana teníamos una misión: actuar como Pollock y de nuevo estár someplace in between, pero ni si quiera ha llegado el día de la entrega y me voy a tirar a la piscina y decir que no hemos estado en ese punto. Ya me dice el grupo que me agobio yo solo y probablemente tengan razón. Nos queda algo de tiempo y las ideas más o menos organizadas, pero no sé si ese orden ha ido a favor o en contra nuestra, y que nos haya ayudado a potenciar el trabajo o a limitar sus posibilidades. Quizás es pronto para hacer una crítica de un resultado final que todavía no ha llegado, pero solo quería desahogarme. 

        Y quizás me sorprendo y el resultado acaba siendo mejor de lo que esperaba, que pasa también bastantes veces. En ese caso me replantearé mi propia forma de trabajar, ya que el estar en equipo para bien y para mal ayuda a contrastar no solo tu metodología de trabajo sino ideas y técnicas que se llevan a cabo. Me alegro de que ellos por lo menos tengan una visión algo más optimista de la situación e intento que se me contagie esa actitud para los trabajos venideros. Porque al fin y al cabo dai y sus clases son como una naranja. Puedes cogerla y cuando hay que apretar un poco la tiras y dejas medio zumo, o aprietas y aprietas hasta exprimir todo el jugo posible. Y estoy haciendo músculo para sacar alguna gota más con cada clase, con cada corrección y con cada trabajo.









Necesito vitamina c.

Comentarios

  1. Me ha "gustado" la metáfora de la naranja :) y lo que expresas en esta entrada creo que es inevitablemente parte del proceso y de la evolución que experimentamos, sobre todo en esta asignatura... te podría decir que no le temas a la sensación de estar fuera de la zona de confort etc etc pero seamos realistas, nunca la humanidad se ha sentido a gusto en la incertidumbre. Lo que si te puedo decir es que todo lo que hagas va a sumar, más o menos, pero nunca va a ser en vano. Ánimo para mañana!!

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    1. Muchas gracias Elisa, siempre tenéis comentarios esperanzadores que no se quedan en el clásico vídeo motivacional de Youtube, cosa que se agradece. En ese caso lo único que me queda es, pues ponerme hacer cosas, que creo que está bastante claro. Nos vemos la semana que viene!! :))

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